PAS: Entendiendo a las Personas Altamente Sensibles
El término “Personas Altamente Sensibles” (PAS) puede evocar ideas erróneas como vulnerabilidad, debilidad o una actitud victimista. Sin embargo, estas percepciones no podrían estar más alejadas de la realidad. En este artículo, exploraremos qué significa ser una PAS, sus características y cómo manejar este rasgo innato.
¿Qué es una Persona Altamente Sensible (PAS)?
Una Persona Altamente Sensible (PAS) es alguien con un sistema nervioso más “fino” o sensible que la media. Esto implica una mayor capacidad para percibir, recibir, sentir, analizar, integrar y responder a los estímulos tanto externos como internos. No se trata de un trastorno o diagnóstico de salud mental, sino de un rasgo de personalidad temperamental que se hereda y forma parte de nuestra estructura personal. Aproximadamente, el 20% de la población mundial es PAS, sin distinción de género.
Los 4 Pilares del Modelo D.O.E.S.
1. Depth of Processing (Profundidad de Procesamiento)
Las PAS tienden a procesar la información de manera más profunda, utilizando más partes del cerebro relacionadas con la percepción y la toma de conciencia. Esto les permite analizar y reflexionar más sobre sus experiencias.
2. Overstimulation (Sobreestimulación)
Debido a su sistema neurosensorial más sensible, las PAS son propensas a experimentar sobreestimulación sensorial. La cantidad de estímulos que procesan puede llevarlas a estados de saturación.
3. Emotional Reactivity (Reactividad Emocional)
Las PAS viven las experiencias emocionales con gran intensidad, tanto las agradables como las desagradables. Esta alta reactividad emocional está ligada a niveles elevados de empatía.
4. Sensing the Subtle (Sensibilidad a las Sutilezas)
Las PAS son muy sensibles a los cambios sutiles en su entorno, ya sean físicos, comportamentales o emocionales. Esta capacidad les permite percibir detalles que otros pueden pasar por alto.
Características de una PAS
- Necesitan más tiempo para adaptarse a los cambios y reequilibrar sus sensaciones corporales.
- Tienen una alta sensibilidad al dolor, tanto físico como emocional.
- Encuentran difícil soportar olores, sonidos o luces intensas, que pueden causarles malestar físico.
- Buscan momentos de soledad para reencontrarse consigo mismas y alejarse de la estimulación diaria.
- Les cuesta mantener la multitarea y se agobian cuando tienen muchas cosas que hacer en poco tiempo.
- Tienden a hiperempatizar con los problemas emocionales de los demás, a veces asumiendo roles de “salvadoras”.
- Tienen una profunda apreciación por el arte y la belleza en todas sus formas.
- Rechazan la violencia en todas sus manifestaciones, incluidas las ficticias.
- Poseen un fuerte sistema de valores que guía sus decisiones y comportamientos.
- Se cuestionan frecuentemente el sentido de la vida y su propósito.
- Prefieren grupos pequeños y encuentran mayor confort en ellos que en grandes multitudes.
- Tienen facilidad para conectar con la creatividad en diversas formas.
- Son buenas consejeras, ofreciendo puntos de vista únicos.
- Aman profundamente la naturaleza y disfrutan de paisajes, animales y fenómenos naturales.
- Tienden a tener una opinión fuerte sobre si mismo con respecto al amor propio.
- Encuentran difícil gestionar las críticas, especialmente las destructivas.
- Poseen una gran capacidad intuitiva.
- Necesitan vínculos significativos y auténticos donde puedan expresarse emocionalmente.
- A menudo sienten que no encajan y buscan lugares o personas con quienes conectar verdaderamente.
- Tienden a somatizar el estrés y pueden experimentar ansiedad en periodos de sobresaturación.
Consejos para PAS
Si crees que eres una PAS, aquí tienes algunas ideas para explorar este rasgo:
- Revisa tu Vida: Reflexiona sobre tu infancia y cómo te percibían los demás.
- Infórmate: Lee sobre el rasgo de PAS
- Busca Apoyo Profesional: Considera acudir a psicoterapia especializada en PAS para obtener un diagnóstico preciso y aprender a manejar este rasgo.
Ser una PAS puede ser un viaje de autoconocimiento increíble. Entender y aceptar tu sensibilidad te permitirá vivir de manera más auténtica, regulando tu mundo emocional y mejorando tus relaciones. Incorporar cambios en tu vida diaria, como regular la exposición a estímulos y buscar momentos de soledad, puede hacer una gran diferencia en tu bienestar.
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